Platina
En su psiquis, la
brillante máscara de hierro con la que se asciende destellando éxito, humillando
a sus congéneres, tiene sus orígenes en la vejación. En la humanidad usa el
nombre de “política” y su patrón de conducta, sin importar quien la represente,
tiene las mismas características.
El
sistema político de los países invasores es imitado por los invadidos, pero la injuria
no es durante la guerra sino cuando ésta se pierde. En la segunda guerra mundial Japón fue
invadido por los Estados Unidos y sus mujeres, su vida, su cultura, su tradición
fue escarnecida repetidas veces hasta que emergiera la Platina para sobrevivir;
así su competencia pasa a un terreno donde se le ve ganar a su gigante invasor,
“la economía”; siendo la política el medio con el que se abre paso y sonríe
mientras se fortalece. Durante esa
guerra Japón invadió una parte de China, pero no se mostró la Platina, ya que
rara vez vera usted una escuela de Acupuntura, Artes Marciales, Feng Shue, I
Ching, dirigida por chinos fuera de su país.
Las
deshonras de la Alemania Nazi hacia el pueblo Judío lo llevo a desarrollar un patrón
de política que no existía antes, así conoceremos la Kábala (su máscara de
hierro), veremos crecer su economía haciéndose dueños de las mayores cadenas de
comercialización en todas las áreas, inclusive de diamantes.
Cada
imperio que se ha extendido fuera de sus fronteras ha despreciado culturas,
tradiciones y creencias religiosas; la sensación de agravio podría ser para el
invasor algo normal, pero para el invadido es la perdida de su espacio vital,
su careta le despliega el paso para sobrevivir con una imagen firme, que le permitirá
escalar hacia su determinante búsqueda final “la venganza”.
Mientras
la estructura integral de cada país se mantenga firme ante la invasión, caerán
los Lycopodiums con su marcada minusvalía y falta de confianza; las Pulsatillas
no tendrán cabida, se transformara en estatua el Natrum, el Sulphur se retirará
a las profundidades de su hogar, extinguido el Mercurius; el Phosphorus se esparcirá
dando tiempo a la última metamorfosis de su cultura “Platina”.
En
una escala menor cada personoide siente algún tipo de afrenta por la estructura
social y el psiquismo que impera, Lycopodium se sintió insultado por el poder;
Pulsatilla en el abandono de su madre ve un ultraje a su seguridad; Mercurius
siente el agravio por el poco espacio que le da la sobrepoblación del Phosphorus,
y este último siente el mancillar de la muerte como una extinción de su obra;
Sulphur fundamenta el desaire en la ignorancia, Natrum Muriaticum ve la injuria
en un sistema que no le permite trasmitir el mensaje, el cual es modificado a
conveniencia de quien cree ostenta el poder para propio beneficio. El sistema
esta hecho para las multitudes, pero las minorías sienten la opresión que les
obliga a usar un disfraz.
La
política hace que las personas puedan escalar posiciones haciendo ver que han
sufrido las mismas necesidades que una gran mayoría, el discurso siempre es el
mismo, tratando de humillar el trabajo del otro, haciendo creer que él lo hará mejor;
si el contendiente esta en el mismo partido se le aplasta, porque para Platina
solo ella puede brillar, ni siquiera sus hijos lograran alcanzar una posición
que pueda eclipsarla, primero morirán bajo su yugo.
Existen
ofensas casi subjetivas que se destilan en la educación, por eso existe una migración
de estudiantes hacia las súper potencias; en la diversión, cuando todo el mundo
sabe de los mensajes subliminales en las películas infantiles; en la alimentación
al ingerir alimentos en cadenas de comidas rápidas, sin saber de que esta hecha;
en la economía, se vende la materia prima y compramos la materia procesada mas
cara; a esos políticos no les importa otra cosa que no sea llegar al poder, confeccionando
mil artimañas para quedarse en el; si usted protesta contra el sistema será un
opositor. El síntoma principal son los
inmigrantes, que sueñan con un país con mejores oportunidades económicas,
porque nos enseñaron desde la niñez que si “no tienes dinero no eres nada”, es así
como Platina trata y mide sus relaciones con sus análogos a los que ve por
debajo.
No
es de extrañar ver un político, antes de
llegar al cargo que anhela, caminar por las calles, abraza y besa ancianos, a
bebés, al que no tiene nada, habla de igualdad, trota y maneja su propio auto;
pero al llegar al poder tienes que hacer una cita, si le exténdieramos la mano te
acorrala la seguridad, ya no manejan, cierran las calles para que el pueda pasar;
dándole la mano si hay una cámara fotográfica presente; ni pensar en ser
escuchado porque Platina no te dejara hablar, si es una crítica.
En
Platina veremos su altivez teatral que exalta su vanidad y arrogancia, son las
drogas que excitan la soberbia, este es el gran escudo que la protege;
ocultando su gran sufrimiento, devolviendo las humillaciones recibidas con
golpes letales y crueldad infinita.
Intentará compensar su mancillada existencia ascendiendo en la escala
social; buscará el poder utilizando su atractivo, con el despecho y desengaño devastando
su frágil corazón; todo esto la llevará a la destrucción de lo único que le
importa, ella misma, pero se hará acompañar, ya que cualquier competidor que
anhele el brillo que ella maneja será objeto de sus deseos de aniquilación,
utilizando hasta lenguaje obsceno con monstruosos deseos de matar.
Platina
se siente por encima de los mortales, su mente y sus sentidos la traicionan
viendo a todo lo que la rodea diminuto ante ella, negando toda excelencia a los
demás, degradándolos hasta convertirlos en seres despreciables. Todo este cuadro produce una depresión
melancólica profunda, provocando una acción depresora sobre el sistema nervioso
con ansiedad, aprensión, torpeza y parálisis general; aumentando todo lo
relacionado a la esfera sexual pero negándole el placer.
Mariangel Marquez-Howard Yanes
Caracas-Venezuela 18/06/2012
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