martes, 3 de abril de 2012

"Era tu deber prepararme para esto"

"Era tu deber prepararme para esto" 

El respeto, la consideraciòn, la humildad, no son conceptos que se aprenden de un libro. Después de mucho maltrato durante la época en la que fuimos más ignorantes, algo de conocimiento nos da la oportunidad estar por arriba de la cadena, enseñar como se nos enseño, castigar como fuimos castigados, la sensaciòn de ser el guardián de aquello que nos coloca encima, administrador de conocimientos, de salvación, de salud. Así perpetuamos lo que esta mal en los demás y en nosotros mismos. ¿Cómo estaría el mundo si en vez de tratar de ser administradores, fuéramos guias de los futuros maestros?

Después de adquirir algo de conocimiento, son los alumnos y los pacientes los que nos dicen si aprendimos bien, si somos dignos, si podemos, si seremos capaces, entendiendo esto,¿ no deberían los maestros agradecer tener alumnos, que son los que nos hacen reflexionar sobre cómo vamos a enseñar?,sus preguntas, su forma de aprender, su terquedad, su inestable interacción emocional, nos dan más capacidad para seguir adelante,. Los sanadores enfrentan los mismos problemas con sus pacientes.

Imaginen un alumno que al llegar el examen de cinturón negro no puede llegar al final o no sabe cómo o qué técnicas ejecutar y al no pasar el examen va donde su maestro y lo abofetea diciéndole "era tu deber prepararme para esto", igualmente imagine que lo mismo pasa con un médico o un terapeuta  que por perder su tiempo tratando de lucir lo que no sabe, se le quita el titulo al perder pacientes. Tanta es la necesidad de admiraciòn que mientras no sabemos "admiramos" y cuando sabemos algo, reclamamos "admiraciòn" y peor aún nadie reclama por lo esencial, un nuevo patrón de conducta.